La conducción adolescente
Es natural que los adolescentes desde antes de ser mayor de edad tengan el deseo de aprender a conducir para poder movilizarse por su propia cuenta, y muchos padres los incentivan tempranamente. Sin embargo, aún hay debate sobre cuál es la edad pertinente para comenzar.
Sin embargo, los adultos deben tener en cuenta que la responsabilidad y madurez juegan un papel muy importante y son elementos fundamentales a la hora de tomar la decisión.
Según la Ley de Tránsito, solo los mayores de 18 años pueden pedir una licencia de conducir a la municipalidad respectiva, pero se permite que quienes sean menores de edad puedan obtener el documento con ciertos requisitos.
Los requisitos para obtener la licencia de conducir en menores de edad son:
-
Tener 17 años cumplidos al momento de dar la prueba.
-
Tener residencia acreditada en la comuna donde se hará la prueba de conducción.
-
Tener un certificado original de la aprobación de un curso en una escuela de conductores acreditada por el Ministerio de Transportes.
-
Certificado de 8° básico rendido.
-
Cédula de identidad vigente.
-
Autorización de sus padres, apoderados o representante legal.
Los jóvenes deberán someterse a las pruebas teórico-prácticos y a los exámenes médicos psicotécnicos y de vista regulares.
La licencia será otorgada con la restricción de que no podrán conducir sin la presencia de una persona con licencia de conducir con antigüedad menor a 5 años desde su primera emisión
Sin perjuicio de esto, durante la adolescencia, los conductores se distraen más fácilmente y están más propensos a querer probar sus habilidades conduciendo a altas velocidades, además muchos de ellos tampoco están muy apegados a las normas de seguridad vial.
Las causas por las que se califican como conductores riesgosos a menores de 25 años tienen que ver con la falta de experiencia, además sus cerebros aún están en desarrollo. La principal distracción de este grupo etario tiene que ver con el uso que hacen del celular mientras conducen. Según la Comisión Nacional del Tránsito (Conaset), en 2014, el estrato etario entre los 15 y 24 años llegó a un récord de accidentes de tránsito con más de 40 mil reportados, y el 2015 hubo 4.819 lesionados por causa de conductores que habían bebido alcohol. Este es otro gran punto de diferencia que hay entre los jóvenes y los adultos mayores, puesto que es más común en menores de 25 años manejar bajo la influencia del alcohol o drogas.
En comparación con las colisiones de personas adultas, con frecuencia los choques de adolescentes suponen algún error de los conductores, el exceso de velocidad es un factor que está presente en aproximadamente un tercio de las colisiones fatales de conductores adolescentes.
Por otro lado, muchas de las colisiones fatales incluyen únicamente el vehículo de los adolescentes donde obedecen a que la persona perdió el control del vehículo y el impacto se produjo a alta velocidad. De igual forma, es más probable que las colisiones fatales de adolescentes ocurran cuando en el vehículo también van otros pasajeros jóvenes. Este riesgo aumenta con cada pasajero adicional (influencia del grupo). Un poco más de la mitad de las muertes de pasajeros adolescentes ocurren por colisiones de conductores adolescentes.
Servicios para empresas con flotas de vehículos
Finalmente, manejar es una habilidad extremadamente útil y que da autonomía e independencia a los jóvenes, pero es importante que los padres, apoderados o representante legales tengan la capacidad de decidir si están preparados para hacerlo. Y también, revisar si saben qué hacer en caso de un accidente: a quién llamar en caso de daños o lesiones, o qué medidas de seguridad tomar. Todo eso puede salvar una vida en el peor de los escenarios.
Gabriela Parra - Abogado Asesor