El alcohol en la conducción. Mitos y creencias

El alcohol es una de las sustancias que como factor de riesgo actúa de manera importante como uno de los factores que influyen en la probabilidad de que se desencadene un accidente de tránsito, existiendo consenso entre muchos estudios que se han realizado que la presencia de alcohol produce afectaciones y alteraciones más o menos graves a la salud, pero todas ellas influyentes de manera notable sobre la seguridad vial.

En Chile, 1 de cada 10 accidentes de tránsito con resultado de fallecidos es producto del consumo de alcohol en la conducción. A esta preocupante cifra hay que sumar que en cerca del 9% de los siniestros viales está presente como causa conducir en estado de ebriedad, seguido de conducir no atento a las condiciones del tránsito del momento, porcentaje que se ha mantenido más o menos constante en los últimos 5 años.

En la actualidad sabemos mucho más sobre los efectos y consecuencias de encontrarse bajo los efectos del alcohol que en el pasado, sin embargo, muy pocos conductores saben o toman conciencia de los riesgos que su ingesta produce, más todo lo contrario, resulta preocupante que se piense en sus beneficios como hemos escuchado en más de alguna vez, por ejemplo “ebrio manejo mejor”.

En este contexto, existen muchos mitos y falsas creencias que circulan respecto al alcohol y la conducción.

Los mitos del alcohol y falsas creencias

Han surgido con mucha frecuencia dentro de nuestra sociedad y como si fueran ciertos, falsos mitos y creencias alrededor de los efectos que ocasiona el alcohol y cómo contrarrestarlos, creando una percepción errada que incluso se utiliza como excusa para permitirse un exceso en su consumo.

A continuación, se señalan algunos desmentidos y, por cierto, científicamente falsos:

• No se conduce mejor. Erróneamente se piensa que el alcohol es un estimulante y nos permite aumentar nuestro estado de alerta, pero es una sustancia que inhibe el sistema nervioso central.

• No es un alimento. El alcohol sólo permite aportar mayores calorías al organismo.

• No contrarresta el frío: Puede eliminar la sensación de frío del organismo, mas no sus efectos.

• No estimula el apetito sexual. No ayuda a fortalecer el deseo, todo lo contrario, lo inhibe.

• No existe riesgo si estoy por debajo del límite legal. Esta aseveración es falsa. Igualmente se pueden observan alteraciones psíquico físicas cuando la graduación es menor a 0,31 gramos de alcohol por litro de sangre.

• No por beber alcohol poco a poco durante el día daré negativo en el examen de alcoholemia. La eliminación del alcohol es lenta y además, si el consumo es continuo, al final del día puede ser peor.

• Ni el café o té, ni la leche, como tampoco darse una ducha son buenas maneras de reducir los niveles de alcohol en la sangre.

Por otra parte, una de las preocupaciones de los conductores que han bebido alcohol y son fiscalizados por la policía, es el cómo pasar el control de alcoholemia cuando en realidad no existen mecanismos que aceleren el proceso de metabolización del alcohol. Muchas veces y dentro de nuestra misma sociedad se recurren a trucos que han demostrado no ser eficaces, como: Tomar leche, comer chocolate, hacer ejercicio, consumir cocaína o sus derivados, beber abundante agua, beber aceite, fumarse varios cigarrillos, entre otros mitos y creencias.

Los efectos del alcohol en cada persona pueden ser distintos, por cuanto está en función de su peso, sexo, edad, alimentos ingeridos, graduación del alcohol, si se consume o no medicamentos, tolerancia, incluso la velocidad con la que se ha ingerido el alcohol.

Víctor Cancino Veloso - Experto en investigación de accidentes de tránsito