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Estudio de Caso de un Accidente de Tránsito

Método Cartesiano como herramienta hacia la búsqueda del verdadero conocimiento.

Estudio de Caso de un Accidente de Tránsito

Recurriendo a la heurística, como investigador de accidentes de tránsito, hace unos 10 años atrás, me tocó hacer una revisión de una carpeta investigativa relacionada con la investigación de un accidente de tránsito del tipo colisión con fallecidos y daños efectuada por un perito judicial, en cuyo análisis crítico que efectué de los fundamentos y conclusiones  a las cuales arribó, se hallaron aspectos que permiten inferir lo sesgada y poco rigurosa que puede llegar a ser una investigación carente de una buena observación, metodología y sistemática, y una nula aplicación de las leyes de la física perfectamente aplicable al caso.

Este hecho de tránsito, se origina en el cruce de calles de zona urbana, en donde el perito judicial atribuye erradamente el mayor grado de participación en el siniestro al vehículo mayor (camión con semirremolque) por carecer de preferencia al efectuar un giro hacia la izquierda al incorporarse desde la calle por la cual transitaba a una de la misma categoría y por la cual se desplazaba un vehículo menor, fundamentando la causa basal del accidente únicamente sobre la base del precepto legal del Art. 143 de la Ley de Tránsito 18.290, que a la letra dice “El conductor de un vehículo que tenga el propósito de virar, carecerá de toda preferencia para ejecutar esta maniobra y deberá respetar el derecho preferente de paso que tengan, en estas circunstancias, los otros vehículos que circulen y los peatones en los pasos a ellos destinados, que estén o no demarcados”, soslayando 

Claramente, en referida investigación, el perito ha caído en su análisis en hacer argumentaciones para determinar el por qué ocurrió el accidente perdiendo de vista el uso de la herramienta básica de la accidentología científica, es decir, el método para acercarse a la verdad irrefutable de lo sucedido.

René Descartes (Francia 1596 – 1650), en su Discurso del método, estableció las bases del método científico, describiéndolo como al proceso que permite determinar como verdadero conocimiento aquello que no amerita duda alguna, haciendo gala de una buena observación.

Al tenor de las reglas accidentológicas que amerita el proceso investigativo en función de 4 postulados del método científico al que postuló Descartes, se determinó que en la investigación del accidente del caso en cuestión, fluyen inconsistencias en los siguientes aspectos:

  1. No admitir jamás nada por verdadero que no sea tan evidentemente tal, que no pueda ponerse en duda. (Dudar)

    No se determina velocidad previa al accidente de ninguno de los móviles participantes, señalando el perito que no cuenta con elementos de juicio suficientes para determinarla.

    Sin embargo, existía evidencia y elementos físicos disponibles suficientes. El perito no aplica las herramientas que le otorga las leyes de la física para determinar la distancia de frenado, tiempo y distancia de detención total del vehículo menor, a fin de conocer si éste efectivamente pudo haber evitado entrar en conflicto con el vehículo mayor, en lo instantes en que este último ya se encontraba posicionado en su pista de circulación con gran parte de su estructura.

    Asimismo, el perito, se aleja de la verdad objetiva al considerar en su análisis la sóla declaración de uno de los conductores participantes.

  2. Dividir cada tema en tantas partes como sea posible y necesario para resolverlas. (Sistematizar)

    El perito aplica lo estipulado en el Título X de los Virajes y Señales de Advertencia del artículo 134° que señala: “El conductor de un vehículo que tenga el propósito de virar, carecerá de toda preferencia para ejecutar esta maniobra y deberá respetar el derecho preferente de paso que tengan, en estas circunstancias, los otros vehículos que circulen y los peatones en los pasos a ellos destinados, que estén o no demarcados”. Esto, con la finalidad de atribuir responsabilidad al conductor del vehículo mayor. Sin embargo, al hacer un adecuado tratamiento técnico y legal, el perito no considera que para el vehículo menor regía la tipificación que bajo las condiciones viales y dinámica en que ocurrió el hecho estipula el Título XI del Derecho Preferente de Paso, artículo 139° que a la letra dice: “Todo vehículo que se aproxime a un cruce deberá hacerlo a velocidad razonable y prudente, deteniendose si fuere necesario, y el de la izquierda cederá el paso al vehículo que se acerque al cruce por la derecha, el que tendrá derecho preferente de paso” “ El conductor del vehículo de la izquierda reiniciará la marcha e ingresará a la intersección sólo cuando se asegure que no hay riesgos de accidente, en atención a la distancia, visibilidad y velocidad de los otros vehículos que se aproximen por la derecha”.

  3. Analizar racionalmente los temas de lo más sencillo a lo más complejo. Gradualidad. (Ordenar)

    Complementando con lo anterior, al ir ordenando cada elemento se va haciendo más evidente el cómo y por qué ocurrió el hecho, de tal manera que si se hubiese analizado correctamente lo prescrito en la ley con los desplzamientos y giros pre y posimpacto, haber considerado la visual y visiblidad de los conductores, como asimismo determinado la velocidad del vehículo menor a través de la evolución del accidente desde la fase de percepción hasta la de impacto, sumado a ello con los elementos que entregan un análisis de evitabilidad del hecho, indudablemente el perito habría cumplido  con su rol de manera sólida y correcta y no caer en conclusiones intuitivas y mágicas.

  4. Hacer en cada caso enumeraciones tan complejas y revisiones exhaustivas hasta tener la seguridad de no omitir nada. (Agotar)

    Ser sesgado en el análisis y no abrirse a todas las hipótesis que pueden surgir atenta contra la rigurosidad y en consecuencia contraría a la justicia como valor.

Estudio de Caso de un Accidente de Tránsito

Dicho lo anterior, el Perito no se hace cargo de la posición final del móvil menor y lugar del impacto con el móvil mayor, atendiendo las caracterísitcas longitudinales para efectuar una maniobra de viraje, las cuales son absolutamente distintas en aceleración y posición en relación a un vehículo convencional que efectúa la misma maniobra, más aún, cuando las propias evidencias levantadas, demuestran que el móvil mayor, al momento del impacto con el móvil menor, se encontraba absolutamente posicionado en su pista de circulación, o sea, efectuado con gran parte de su estructura la maniobra de viraje hacia la izquierda.

Como hemos visto, correlacionar adecuadamente la evidencia objetiva, permite a un buen investigador desechar los juicios de valor y las interpretaciones, es decir, discrimar lo falso de lo verdadero, esto último a través de hechos comprobados.

Víctor Cancino Veloso - Experto en investigación de accidentes de tránsito

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