Conducción ecológica. Reduciendo el impacto ambiental al volante
Independientemente del tipo de motor que tenga tu vehículo, practicar una conducción eficiente y realizar algunos cambios en tu forma de conducir puede contribuir a reducir el consumo de combustible y, sobre todo, disminuir las emisiones de CO2.
En un mundo donde la conciencia ambiental y la preservación del planeta están en boga, ¿cómo podemos aplicar estos principios a la conducción? Desde CEA, te ofrecemos algunas soluciones.
Los expertos en eficiencia energética han demostrado que el estilo de conducción tiene una gran relevancia a la hora de disminuir el consumo de combustible y las emisiones de gases de un automóvil. El desplazamiento de vehículos es responsable del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
Es sorprendente cómo una persona que realiza el mismo trayecto, con el mismo vehículo, misma carga y tiempo de llegada puede tener una diferencia de consumo de hasta el 30% de combustible según su forma de conducir.
Servicios para empresas con flotas de vehículos
El uso adecuado del automóvil es fundamental para lograr un notable incremento en la calidad ambiental. Practicar una conducción responsable no solo ayuda a reducir el consumo, sino que también prolonga la vida útil del motor. A continuación, te presentamos algunos consejos prácticos:
-
Evita abusar del uso del aire acondicionado, ya que aumenta el gasto de combustible.
-
Controla periódicamente la presión de los neumáticos y vigila posibles desgastes anormales. Si circulamos con los niveles adecuados, podemos reducir el impacto en el consumo hasta en un 20%.
-
Evita pisar bruscamente el acelerador al arrancar el vehículo. Las aceleraciones rápidas y los frenazos bruscos también contribuyen a incrementar el consumo de combustible en un 40%.
-
Realiza los cambios de marcha a las revoluciones adecuadas: entre 2.000 y 2.500 para vehículos a gasolina, y entre 1.500 y 2.000 para vehículos a diésel. Con estos cambios rápidos de marcha, lograrás un consumo reducido.
-
Si necesitas reducir la marcha, hazlo lo más tarde posible. Sin pisar el acelerador y a más de 20 km/h, con cualquier marcha engranada, tu consumo será de 0,0: un récord para tu bolsillo y para el medio ambiente. Circular con marchas más largas y a bajas revoluciones produce un consumo mínimo.
-
Recuerda que, a mayor velocidad, mayor consumo. Por lo tanto, es importante no superar los 100 km/h. Al reducir la velocidad por debajo de los 100 km/h, puedes ahorrar hasta un 25% en el consumo de gasolina.
-
Mantén la mirada en el horizonte y está atento a la carretera. Esto te permitirá anticiparte a los acontecimientos y evitar una conducción brusca y agresiva, que consume más combustible.
Beneficios de la conducción ecológica:
-
Ahorro promedio de combustible del 15%.
-
Reducción global de la contaminación ambiental.
-
Disminución del 15% de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
-
Reducción de la contaminación acústica.
-
Mayor confort en el vehículo.
-
Menor riesgo de accidentes.
-
Reducción del estrés del conductor.
-
Ahorro en costos de mantenimiento del vehículo, como sistemas de frenado, embrague, caja de cambios y motor.
Además de la conducción responsable, existen otras medidas que pueden contribuir a reducir el impacto ambiental:
-
Si es posible, considera cambiar a un vehículo más eficiente. Los fabricantes están constantemente mejorando la seguridad vial y respetando al máximo el medio ambiente.
-
No olvides considerar alternativas de transporte sostenibles, como el uso del transporte público, vehículos alternativos como la bicicleta o incluso caminar.
¿Qué vehículos se consideran ecológicos?
Se consideran vehículos ecológicos aquellos que utilizan tecnologías más limpias y eficientes, reduciendo así su impacto ambiental. En Chile, existen diversas opciones en el mercado, como los vehículos eléctricos, que funcionan completamente con electricidad y no emiten emisiones contaminantes directamente; los vehículos híbridos, que combinan un motor de combustión interna con uno o más motores eléctricos, lo que reduce el consumo de combustible y las emisiones; y los vehículos impulsados por hidrógeno, conocidos como vehículos de celda de combustible, que emiten únicamente vapor de agua como subproducto de su funcionamiento, convirtiéndolos en una opción amigable con el medio ambiente.
Mantenimiento del vehículo:
El mantenimiento adecuado del vehículo es fundamental para promover la conducción ecológica. Es esencial revisar regularmente la presión de los neumáticos, ya que una presión incorrecta puede aumentar la resistencia al rodaje y el consumo de combustible. Además, realizar un mantenimiento adecuado del motor, como cambios de aceite y filtros, garantiza su eficiencia y reduce las emisiones contaminantes.
Uso de combustibles:
El uso de combustibles alternativos desempeña un papel crucial en la conducción ecológica. En Chile, el gas natural comprimido (GNC) se considera una opción más limpia, ya que emite menos contaminantes que los combustibles fósiles convencionales. Los biocombustibles, como el biodiesel y el bioetanol, también son opciones para considerar, ya que se obtienen de fuentes renovables y pueden reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Chile está avanzando rápidamente hacia la construcción de una matriz eléctrica completamente descarbonizada para el año 2040, así como promoviendo la masificación de vehículos eléctricos con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el futuro.
El país ha establecido metas ambiciosas en términos de sostenibilidad energética y movilidad eléctrica. La transición hacia una matriz eléctrica libre de carbono es fundamental para combatir el cambio climático y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
En esta dirección, Chile está implementando diversas medidas, como la promoción de la generación de energía renovable, el impulso de la electromovilidad a través de incentivos y políticas favorables, y la creación de una infraestructura de carga de vehículos eléctricos en todo el país.
Estos esfuerzos no solo contribuirán a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también generarán beneficios adicionales, como la disminución de la contaminación atmosférica y acústica, la diversificación de la matriz energética y la creación de empleo en sectores relacionados con la energía renovable y la movilidad sostenible.
Con estas acciones, Chile se posiciona como un referente en la transición hacia una economía baja en carbono y demuestra su compromiso con un futuro más limpio y sostenible.
Paola Cifuentes Valenzuela - Departamento Comunicación